Uno de los peinados más populares entre los niños de esta época era el comb, el cabello era recortado más o menos hasta la oreja, dejándolo de una longitud mediana y despuntándolo perfectamente, se alisaba el cabello con ayuda de un cepillo y se creaba una partidura más o menos en el centro, se peinaba perfectamente hacia atrás utilizando una pequeña cantidad de ungüento para lograr mantener el peinado todo el día, los niños con el cabello más rebelde eran peinados con la partidura más pegada al oído, esto permitía que el cabello se acomodara en su lugar de manera natural.
El peinado de los niños se mantuvo más o menos similar durante todo la década, las verdaderas creaciones se utilizaban en las niñas, las niñas de la década de los 40s tenían su cabello largo hasta media espalda, eran peinadas hacia atrás, con un lazo se sostenía el cabello y se creaba un moño esponjado con algunos rizos a los costados simulando los listones de un moño, al frente se dejaba un poco de cabello para crear un fleco alisado y se le colocaba una diadema de preferencia forrada de la misma tela con la que fue confeccionado el vestido. Algunas niñas eran peinadas con el mismo moño en la parte trasera pero desde el frente sobresalían dos trenzas o bucles pegados a la cabeza que terminaban dentro del esponjado moño del cabello.
El peinado siempre estaba acompañado de un atuendo impecable y perfectamente combinado, muy apreciado por los adultos pero un poco odiado por los menores que deseaban un poco más de libertad.