Es bueno considerar y tener siempre presente, la imperativa necesidad de realizarse la prueba de laboratorio que ayude a confirmar la presencia o no del virus de inmuno deficiencia humana o VIH, corrigiendo de esta manera el tabú que existe alrededor de esta enfermedad, que muchas veces logra crear en las personas un tipo de aversión infundada con respecto a las pruebas, prolongando de esta manera la duda, o en el caso de que sea positivo y aún no lo haya corroborado, arriesgándose a no tomar las precauciones necesarias que su propia salud requeriría o el posible contagio a terceros.
Realizarse la prueba es muy importante, pues los síntomas, al principio, pueden ser confundidos con los de otras dolencias o enfermedades, apareciendo generalmente al mes de que la persona se haya infectado, siendo estos diversos, desde dolores musculares, fiebre, diarrea, inflamación de los ganglios, cansancio, etc., muy parecidos a los síntomas de la gripe, que pueden fluctuar en su manifestación y también en su intensidad, dependiendo de cada organismo.
Las pruebas
Primeramente se debe entender que el SIDA es el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, causado por el virus VIH. Existen distintas pruebas que ayudan a corroborar la presencia del virus VIH en un individuo, siendo la más conocida la prueba de ELISA (EIA) o prueba de inmuno absorbencia de unión o vínculo enzimático. Debe tenerse en cuenta que el grado de sensibilidad de este test es alto, pudiendo en ocasiones dar falsos positivos, por lo que se recomienda repetirla, y si vuelve a dar positivo, entonces se realiza otro test conocido como Western Blot.
Para realizarse el test de ELISA, se necesita un poco de sangre, la cual es extraída del brazo, como cualquier otra prueba de sangre, rápida y prácticamente sin molestias. El resultado generalmente estará listo a los quince días, lo cual suele implicar ya bastante tiempo con el riesgo de que dé un falso positivo, por lo que se sugiere hacerse la prueba después del “período ventana” el cual es el tiempo en que el organismo tarda en desarrollar los anticuerpos, unas 5 a 6 semanas para algunas personas, en otros el desarrollo de los anticuerpos se extiende, por lo que para lograr un resultado certero en la primera prueba, es mejor esperar unas 10 semanas o un poco más (la que quizás deberá repetir a los 6 meses), desde la exposición inicial al virus.
También existen pruebas rápidas (una hora) que son hechas en las instituciones de salud, usualmente para casos de emergencia en donde se necesite saber con prontitud la condición del paciente. Algunas de estas son las Oraquick Rapid HIV y HIV-1/2 Antibody Tests, la HIV ½ STAK-PAK, la Clearview Complete HIV ½, la Uni-Gold Recombigen HIV Test y la Reveal Rapid HIV-1 Test.