Con la llegada de las fiestas navideñas cada vez más cerca nuestro sabemos que si estamos en pleno proceso de dieta va a ser muy complicado cumplirla debido a los excesos que se cometen en dichas épocas señaladas.
Mucha gente se prepara erróneamente para la cena de Navidad no comiendo o realizando restricciones alimentarias durante los días previos para “compensar” el exceso. Sin embargo, esto es totalmente contraproducente. Lo recomendado es no saltarse ninguna comida ni limitar la ingesta de alimentos. Ya se llevan varios días de dieta y el cuerpo ya está acostumbrado a una rutina. Alterarla como puedes imaginar producirá más desajustes que luego serán más complicados de corregir.
El día de Navidad es conveniente comer como un día habitual, es más, muchas dietas permiten un día sin restricciones para comer aquello que más nos apetezca por lo que si este es tu caso puede planificarlo para que se corresponda a dicho día. Queremos decir con esto que no debe tratarse de una dieta estricta la que empecemos en estas fechas. Debe ser una dieta sana en la que no se pase hambre y todo lo equilibrada que pueda ser.
No recurras a dietas milagro ni a medicamentos que no sean prescritos por un médico colegiado, son un engaño al consumidor y un sacaperras. Se logran los objetivos pero a un gran coste de salud y una vez terminado el tratamiento se sufre el llamado efecto rebote pudiendo terminar con más peso del que se comenzó la dieta por lo que se culminará con malestares de todo tipo, entre los cuales, sin duda, emocionales.