Está demostrado que la natación infantil es una de las mejores actividades deportivas para los niños desde una edad temprana, ya que aparte de resultar un sano ejercicio les ayuda a desarrollar miedo al agua y les predispone naturalmente a desenvolverse en un medio acuático. El hecho que el niño permanezca cierta cantidad de tiempo en el agua constituye un ejercicio sano en sí mismo, pero se pueden trabajar aspectos específicos mediante algunas técnicas especiales.
Las actividades acuáticas se pueden dividir por lo general en las de ambientación y las técnicas de natación. Cada una persigue objetivos diferentes, siendo la ambientación una manera de adaptarse el niño al agua, y la natación el aprendizaje de técnicas específicas de propulsión para desplazarse más eficientemente en el medio acuático.
En natación existen cuatro estilos definidos que responden a las denominaciones de crol o estilo libre, mariposa, espalda y braza.
Para realizar ejercicios de ambientación, siempre en una piscina baja, pondremos al niño a caminar buscando objetos en el fondo de la misma, trabajando la fuerza en las piernas, agitando los brazos siempre dentro del agua. Otro ejercicio es llevar las rodillas al pecho, tomándolas con los brazos hasta hacerse una bolita, y dejarse flotar en esa posición.
Para ejercicios de natación, usando la tabla de flotar, en posición horizontal, se darán patadas con las piernas extendidas. Después, con la tabla entre las rodillas y se desplazarán haciendo sólo brazadas. Por último, asiendo la tabla con un brazo extendido, se da una patada y con el otro brazo se ejecuta la brazada haciendo un S bajo el agua.
Estas actividades desarrollarán al niño desde el punto de vista neuromuscular, fisiológico, psicológico y social, ya que es importante tener en cuenta que la práctica de cualquier deporte en el niño contribuye a su desarrollo integral.