La obesidad infantil genera problemas en el adulto

Muchas veces, durante los primeros años de vida de un niño o niña, estos son sobre alimentados, usualmente debido a aquella costumbre o creencia de antaño que afirma la existencia de una relación entre el peso corporal y la salud, aunque en este caso trata más bien acerca de que el sobre peso es señal aparente de que el niño está recibiendo una buena alimentación.

Ésta es una creencia errónea, quizás traída de tiempos en que habían épocas de escasez de alimentos y cuando “comer lo que se podía cuando se podía”, era necesario de modo a adaptarse y superar las temporadas duras, en donde la acumulación de energía/grasa corporal en forma de tejidos adiposos, era bien vista tal vez por estas razones, pues el mismo organismo se aseguraba el combustible necesario, el cual era consumido, durante esas épocas.

Sin embargo, en la actualidad, esta necesidad de acumular ya no es así, pues la disponibilidad de alimento durante todo el año es constante, derivando en niños obesos, con riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.

En los primeros años, este cúmulo de tejido adiposo es depositado subcutáneamente. A medida que va creciendo y entrando en la etapa adolescente y también en la adultez, si éste tejido adiposo no es consumido naturalmente por el organismo, comienza a almacenarse intra-abdominalmente, lo que incrementa la probabilidad de cambios o inestabilidad a nivel metabólico, aumentando el riesgo de mortalidad a medida que pasan los años.

Quizás durante la niñez este riesgo no sea tan marcado como en la edad adulta. Sin embargo, el exceso de peso afecta la calidad de vida, especialmente en los aspectos psicológico y emocional, derivando muchas veces en baja autoestima debido a la discriminación, si es que el niño o niña no posee la contención necesaria de su entorno afectivo.

No obstante, el exceso de peso durante estos primeros años de vida pueden aumentar la probabilidad de desarrollar algún problema cardiovascular, poca tolerancia a la glucosa, alta presencia de insulina, hipertensión, diabetes, etc., que pueden formar parte del síndrome premetabólico y metabólico, muy común en personas con sobrepeso u obesidad.

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Categorias: Salud
Ultima modificación: 10/07/2013