El pus es un líquido espeso producido como respuesta a una infección. Este líquido se compone sobre todo de los neutrófilos o células blancas de la sangre. En la mayoría de los casos, el pus es de color blanco o amarillento, pero también puede aparecer de color rojo, verde, marrón, o en casos muy raros azul. El color de pus depende en gran medida de la infección que afecta al cuerpo. El pus también varía en color dependiendo de las otras sustancias que contiene.
En la lucha contra una infección, el cuerpo normalmente creará pus de color blanco o amarillo. Se crea como una respuesta a las bacterias comunes. Mientras que la presencia de pus claro es común, es algo que no siempre debe ser ignorado. Puesto que hay muchas causas graves de pus, puede ser que necesite ser investigado por un profesional médico. Dependiendo de la cantidad de pus y la severidad de la condición, los antibióticos pueden ser prescritos para ayudar a combatir la infección.
El pus también puede tomar un color rojizo. Generalmente se debe a la mezcla con las células sanguíneas. Esto ocurre con frecuencia en las infecciones del tracto urinario, así como ciertas infecciones de la piel como granos y forúnculos. La presencia de sangre no significa necesariamente que el cuerpo tiene problemas para combatir la infección. Un color rojizo de pus por lo general sólo indica que la piel está muy irritada.
El verde es otro color común de pus y puede significar una infección común del tracto respiratorio superior. El color marrón es un signo de un absceso hepático amebiano, la cual es causada por el parásito Entamoeba Histolytica. El pus azul es el menos común de todos. Este color de pus indica una infección causada por Pseudomonas Aeruginosa.