Si quiere saber de qué se compone esta famosa y saludable dieta, le dejamos este artículo para elaborar su propia dieta mediterránea.
El aceite de oliva es primordial ya que es el aceite más utilizado en la cocina mediterránea. Es un alimento rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados que le confieren propiedades cardioprotectoras. Este alimento representa un tesoro dentro de la dieta mediterránea, y ha perdurado a través de siglos entre las costumbres gastronómicas regionales, otorgando a los platos un sabor y aroma únicos.
Hay que consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Las verduras, hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta. Es fundamental consumir 5 raciones de fruta y verdura a diario.
El pan y los alimentos procedentes de cereales deberían formar parte de la alimentación diaria. El consumo diario de pasta, arroz y cereales es indispensable por su composición rica en carbohidratos. Por lo general los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados.
También hay que consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y quesos. Por otro lado la carne roja se tendría que consumir con moderación y si puede ser como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas en cantidades pequeñas.
Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación. Se recomienda el consumo de pescado azul como mínimo una o dos veces a la semana.
La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente.
El agua es la bebida por excelencia en el Mediterráneo. El vino debe tomarse con moderación y durante las comidas. Recuerde realizar actividad física todos los días, ya que es tan importante como comer adecuadamente