Como conservar fotografias antiguas

Que puede dañar una foto

La conservación de fotografías es un área donde recién se comienza a investigar. Sin embargo, es posible dar algunas recomendaciones para mantenerlas en buen estado. Las fotografías no pueden estar en un ambiente con humedad sobre el 58% y temperaturas mayores a 22 grados Celsius, que es lo que normalmente se tiene en una casa. Sobre 60% de humedad las bacterias y los hongos se desarrollan mejor en las capas de gelatina.

Es importante mantener las fotografías bajo moderada iluminación. Jamás les deben llegar directamente rayos solares. Las fotografías son muy delicadas en este aspecto, ya que la luz solar directa produce un desvanecimiento irreversible de la imagen. Así mismo se sabe que la contaminación atmosférica daña a ras fotos, aunque todavía no hay datos concretos que indiquen los umbrales en que las afectan gases oxidantes como dióxido de azufre, peróxidos, sulfuro de hidrógeno, etc.

Por otra parte, los materiales químicos reactivos constituyen la mayor amena­za para la estabilidad de las fotografías en blanco y negro, especialmente en presencia de humedad. Las fuentes de éstos pueden ser: la atmósfera, la propia fotografía, los productos residuales del proceso y los materiales que están en contacto con la fotografía. También el polvo produce daño al incrustarse en las capas de gelatina causando abrasión.

Conservación y manipulación

Para manipular fotos valiosas se recomienda usar guantes blancos de algodón para no dejar huellas dactilares. Estas huellas, de no sacarse inmediatamente, pueden producir un daño permanente a la gelatina de la fotografía. No es conveniente comer en el lugar de trabajo o viendo un álbum.

Si las fotos son pesadas se las debe trasladar sobre un vidrio, del cual se retiran deslizándolas sobre la mesa para evitar dan os. No hay que fumaren el lugar de trabajo. Si quiere escribir alguna información hágalo en la parte posterior de la fotografía, con un lápiz blando, suavemente, y evitando ejercer mucha presión para que el escrito no se marque por el lado de la imagen.

Prevalecen las discusiones acerca de cómo guardar una fotografía en condiciones óptimas, pero siempre es bueno guardarlas dentro de un sobre, en un lugar oscuro. Para elegir los sobres hay dos alternativas: papel o plástico. Los sobres de papel deben tener un gran contenido de alfa-celulosa, que es muy estable; es decir, deben ser muy blancos y sin adhesivos o aprestos, que pueden producir daños químicos a la imagen. Las envolturas plásticas deben ser de polietileno sin recubrir, o de poliéster. Yo prefiero usar sobres de papel, porque con el plástico siempre se corre el riesgo de condensación debida a cambios bruscos en la humedad relativa. Es conocido, además, que el polietileno de las bolsas activa procesos químicos en las emulsiones, generando reacciones que deterioran el original fotográfico.

Las colecciones de fotografías es bueno guardarlas separando las obras en sobres que se disponen en una caja de cartón estable, con propiedades similares a las de los sobres de papel. Las cajas no deben ponerse a ras del suelo, sino a una altura de unos 50 cm, pues el piso suele ser húmedo y siempre existe el riesgo de que se produzca una inundación. Pero lo cierto es que las soluciones ideales que  protejan completamente las emulsiones de los ataques externos aún no han sid encontradas, siendo éste un campo de gran actividad.

Montaje

Es necesario hacer una carpeta de conservación (paspartú) de cartón muy blanco, exento de lignina y de sustancias químicas volátiles. Si no se usa un paspartú se corre el riesgo de que la imagen se adhiera al vidrio, destruyendo la foto al sacarla del marco. Como respaldo puede colocarse cartón corrugado delgado o papel grueso, con las características ya mencionadas. Es importante que el enmarcado sea reversible. Para marco se aconseja como metal ideal el aluminio. Por ejemplo, el plexiglás daña a la foto

Almacenamiento de fotos antiguas

Es importante prevenir la presencia de microorganismos colocando filtros de buena calidad, como por ejemplo el filtro Charaval (de carbón) o un deshumificador portátil que no seque con productos químicos tales como cristales de calcio o cloro. Es bueno mantener la bodega a una humedad relativade 30-50%, y una temperatura entre 10-18 grados Celsius. Debe separarse el material dañado del sano. Los hongos que aparecen en las fotos tienen un color blanco y el papel dañado se toma amarillo.

En el depósito de fotografías conviene mantener poca luz, para no dañar la plata de la imagen ni la gelatina, la que con alta luz se pone quebradiza, se craquela (resquebraja), y el papel toma un color amarillo. Para iluminar el depósito se recomienda luz de tungsteno no fluorescente. La luz ultrav oleta de los tubos fluorescentes, así como la luz solar, deterioran considerablemente a una fotografía.

En general se puede decir que lo más importante es mantener controlada la humedad relativa, ya que ésta produce muchos más daños que la temperatura, exceptuando las fotos con película de nitrato de celulosa que explotan a temperaturas altas. Las decoloraciones no siempre son provocadas por la luz; otra causa puede ser la oxidación o la descomposición del triosulfato de plata, que son residuos retenidos en la estructura del papel.

En el almacenamiento de fotografías y negativos se han evidenciado daños por reacciones químicas que han llevado a eliminar el uso de sobres de plástico. En Agfa se puede conseguir una hoja de prueba que se coloca dentro de un sobre; si la hoja cambia significa que el sobre contiene sustancias perjudiciales para su foto. Es bueno guardar su foto en sobres sin ácidos, escribiendo con tinta inerte en el exterior del sobre el número que usted puso a la foto.

No puede emplearse papel normal en el sobre porque la celulosa forma ácido sulfúrico que dañaría la fotografía. Tampoco conviene que ésta esté cerca de metales como cobre y hierro, que producen anhídrido sulfuroso (SO,) en el papel, ni cerca de madera, la que puede producir peróxido que ataca a la imagen. Los típicos sobres cafés marrón contienen lignina que produce peróxido, que es dañino para la fotografía.

Los negativos también se guardan en sobres, colocándoles antes una protección transparente. Nunca deben guardarse en rollos los negativos, sino que se los corta y pone en sobres. En el caso de los negativos es importante escribir su número en el sobre y sobre ellos mismos, de manera de facilitar su utilización posterior para obtener copias de fotografías. Si el negativo no tiene un número, es difícil recordar de qué se trata, e iniciar una búsqueda que consume valioso tiempo. Este número se entrega a los encargados de las colecciones cuando se trata de fotos inventariadas; así ellos pueden agregar en las fichas de inventario el número del negativo correspondiente a la pieza.

Nunca conviene permitir a los investigadores tener acceso a sus fotos originales, porque pueden mancharlas con el dedo así como para prevenir robos de fotos. En vez de esto pueden sacarse fotocopias del archivo fotográfico, ordenándolas en archivadores que el investigador revisará para buscar aquello de su interés. Finalmente podrá solicitar para reproducción el negativo, mediante el formulario respectivo.

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Categorias: Fotografias
Ultima modificación: 05/14/2012