Esta manualidad no requiere mucho tiempo en hacerse y su elaboración es amena y entretenida. Para crear tarjetas de un tamaño estándar, cogemos una cartulina o un folio de color Din A4, y lo doblamos por la mitad horizontalmente, de modo que se nos quede un tamaño de tarjeta muy parecido al que pudiéramos adquirir en una tienda.
Deberemos mezclar elementos de una simple felicitación de cumpleaños con otros más puramente teológicos y bíblicos. Esta mezcla se hace para que no nos quede ni una felicitación secular del cumpleaños ni tampoco algo religioso al 100%.
En la parte exterior de la tarjeta ponemos una foto de nuestro ser querido con su nombre y su fecha de cumpleaños.
A parte de la felicitación por el cumpleaños y una dedicatoria personal, el resto del contenido de la tarjeta puede variar en función de cómo enfoquemos su redacción. Podemos incluir una cita bíblica, una breve historia sobre la santidad de ese mismo día, o sobre el santo homónimo de la persona a la que vaya dirigida nuestra tarjeta de cumpleaños.
Tampoco debería faltar alguna bendición del tipo “Que el Señor te cuide y te proteja”, “Que el Señor te bendiga” o “Que el Señor te ilumine y te guíe”.
Si disponemos de espacio suficiente en la tarjeta, es posible poner una imagen de Jesús o de la Virgen María con el objetivo de hacer más visual y bonita la tarjeta.
Siguiendo estos pasos nos quedará una tarjeta de lo más completa tanto a nivel personal como espiritual.