Entrenamiento básico. Los perros son excelentes mascotas; cariñosas, serviciales y leales. Sin embargo son también una responsabilidad que tenemos hacia ellos y respecto a los demás, por lo que debemos inculcarles unas normas básicas de comportamiento. Esto realmente no es complicado ya que como animales domésticos que son, es bastante fácil entrenarlos.
Por supuesto lo ideal es comenzar a adiestrarlos cuando todavía son cachorros, esto es cuando tienen unas seis o siete semanas. Enseñarles de pequeños evita que el animal tenga malos hábitos difíciles de quitar.
El punto de partida es mostrarle al animal quién es el líder mediante un entrenamiento básico para que así nos obedezca y siga nuestras instrucciones.
Las primeras pautas tendrán como objetivo que el un cachorro responda a su nombre y algunas instrucciones básicas, como por ejemplo “siéntate”, y que reconozca nuestras firmes negativas condensadas en la palabra “no” si hace algo indebido. A continuación le enseñaremos algo imprescindible como el sitio donde debe hacer sus necesidades.
A un perro se le adiestra mediante la técnica de castigo y recompensa. Simplemente le castigaremos cuando haga algo mal y le recompensaremos si hace algo bien. Por regla general siempre será mejor recompensar sus buenas acciones.
Para recompensarle le daremos caricias y buenas palabras, y tal vez alguna galleta o un premio especial que le guste. Para castigarle usaremos un tono enérgico, tal vez un golpecito en el hocico o con un periódico enrollado golpearemos el suelo, pero siempre sin llegar a estresarle. De todas formas como norma general siempre será mejor optar por la recompensa si el perro hace algo correcto.
Todo el entrenamiento puede tomar algún tiempo, depende del carácter del animal, pero al final vale la pena tener a un perro obediente y entrenado. El mejor consejo es tener paciencia y ser constante.