Cómo rumian las vacas

Muchos animales de ganado son rumiantes: vacas, cabras, borregos, toros, ciervos, entre muchos otros. Y aunque los camellos rumian, no se les considera rumiantes, puesto que no poseen características fisiológicas propias de un rumiante, como cuernos y un  pre-estomago agrandular.

Los rumiantes poseen un aparato digestivo que podría describirse como cuatro estómagos, éstos están constituidos por el rumen o herbario, el retículo o bonete, el omaso o libro y el cuajo que en realidad es el verdadero estómago. La rumia radica en engullir el alimento pasándolo hacia el herbario, posteriormente regurgitarlo para disgregarlo y cubrirlo de saliva para volver a tragarlo; posteriormente el alimento pasa a un segundo estomago que lo tritura en trozos más pequeños y una vez más lo regurgita para humedecerlo con más saliva y lo tritura en pedazos aún más pequeños para poder ser procesado por el omaso (tercer estomago) que realiza el mismo mecanismo de regurgitación para finalmente dirigir el alimento al estomago verdadero con el fin de que los microorganismos lo degraden y la glucosa pueda ser obtenida, entre otros nutrientes indispensables para el animal.

Dicho mecanismo es lento y es necesario masticar el alimento. Algunas etapas de este proceso se llevan a cabo sólo cuando el animal duerme, es debido a ello que aún cuando el animal no se encuentre comiendo, la digestión del alimento mantiene su proceso mediante la rumia.

La ventaja de los rumiantes al compararse con los herbívoros que no digieren su alimento mediante este método es que no hacen uso de enzimas gástricas para llevar a cabo la digestión, en cambio, la logran debido a hongos y protozoos que se alojan en los estómagos. De esa manera pueden formar nutrientes mediante componentes simples, como el amoniaco, el nitrógeno y urea sin tener que incluir proteínas en su alimentación.

 

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Categorias: Animales
Ultima modificación: 12/21/2012