La deglución es el proceso mediante el cual la comida transita desde la boca hasta el estómago, gracias al trabajo de diferentes órganos. Existen tres disfunciones principales del acto denominadas por los médicos como disfagia, que consiste en la dificultad para deglutir; odinofagia, cuando se el proceso de deglutir provoca dolor y finalmente la afagia, que constituye la imposibilidad total de ingerir algún alimento por la boca.
En el caso de la afagia, el origen del padecimiento puede ser de orden orgánico o psicológico. Las causas más frecuentes de este tipo de daños en la deglución, se asocian a situaciones post quirúrgicas, la ingestión de cáusticos y el consumo regular o excesivo de drogas.
Los métodos más utilizados para la detección de este padecimiento –que puede comenzar como una disfagia en muchos pacientes–, son la radiografía simple de tórax para detectar cualquier anomalía que puede estar interfiriendo con el trabajo del sistema digestivo y el esofagograma que posibilita la detección de masas tumorales faríngeas.
El tratamiento de este tipo de enfermedad de la deglución requiere la presencia de un equipo variado de especialistas desde otorrinolaringólogos, hasta neurólogos, gastroenterólogos, cirujanos de cabeza y cuello y especialistas en la cirugía reconstructiva.
Mientras no se realiza ninguna intervención quirúrgica es importante que las personas que sufren cualquiera de las disfunciones mencionadas se informen acerca de la dieta más adecuada que debe desarrollar el paciente, sobre todo en lo relacionado a la consistencia de los alimentos.
Resulta sobre todo importante el cuidado de estos padecimientos en los niños, sobre todo los más pequeños. Algunas pistas de que el pequeño presenta dificultades para la deglusión, lo constituye la tos con la ingesta de los alimentos, las intercurrencias de carácter respiratorio y las pausas respiratorias durante el acto de deglutir, con pequeñas crisis de ahogamiento.