La puromicina es un antibiótico aminonucleósido de muy amplio espectro, derivado de la bacteria Streptomyces alboniger. Actúa como inhibidor de la síntesis de proteínas por inhibición de la traducción en bacterias grampositivas, bacterias gramnegativas, amebas, protozoos, hongos y células de mamíferos.
La puromicina es un agente antibiótico muy fuerte que puede causar irritación en la piel y los ojos, así como en las vías respiratorias y el tracto digestivo. Se usa básicamente en investigación biomédica y farmacológica, es soluble en agua y se usa como agente de selección en los sistemas de cultivo celular, entre otras aplicaciones. No obstante, siempre es un buen momento de recordar algunos consejos sobre el uso de los antibióticos en tratamientos médicos. No es conveniente abusar de los antibióticos y siempre deben tomarse bajo indicación médica u odontológica. La automedicación es peligrosa porque abusando de los antibióticos provocamos su inutilidad cuando son precisos. Las bacterias presentes en nuestro cuerpo pueden mutar y hacerse resistentes a ellos.
Cuando se está en tratamiento antibiótico, es muy importante completarlo. Aunque los síntomas de la enfermedad hayan desaparecido, si dejamos el tratamiento a medias los síntomas podrían volver o incluso podría complicarse la infección que estamos sufriendo.
Mientras nos estamos medicando con antibióticos no debemos beba alcohol. El alcohol reduce el efecto de los antibióticos.
Además, se hace necesario recordar que los antibióticos no acaban con los virus, por lo que no tiene sentido tomarlos cuando sufrimos procesos gripales, resfriados o infecciones víricas. Tomar antibióticos en estos casos producirá más daños que beneficios.