Datos de Macroeconomía de México

Los datos de macroeconomía permiten comparar el nivel de desarrollo de distintos países, conocer la situación económica de un país y observar como evoluciona en el tiempo.

1.    Indicadores económicos y moneda

El principal indicador económico en uso en México es el Producto Interno Bruto (en adelante, PIB), que se calcula trimestral y anualmente. Según información del Fondo Monetario Internacional (FMI)[1], en 2006 el PIB de México, en paridad de poder adquisitivo[2] se estimó en USD 1.172 miles de millones, y en USD 840.012 millones en tasas de cambio nominal. Con estos rendimientos, México se posicionó como la segunda economía más grande de América Latina, después de Brasil.

Por otra parte, el PIB per cápita para el mismo año 2006 fue de USD 11.249 en PPA y de USD 8.066 en valores nominales. Recién en 2006 el PIB per cápita nominal de México fue el segundo mayor de América Latina, después de Chile; mientras que entre los años 2002 y 2005 México tuvo el PIB per cápita nominal más alto de América Latina[3].

La economía mexicana benefició de un crecimiento de 2,7% para el año 2008. Por sector de actividad, el PIB del sector terciario subió de 3,7 %, el del sector primario gano 1,8 % y el sector secundario 1,1 %[4].

Además del PIB y de sus derivaciones, el sistema económico mexicano utiliza un indicador propio para medir su desempeño mensual, llamado Indicador Global de la Actividad Económica, o IGAE[5]. El IGAE se calcula mensualmente, y para su elaboración “se utiliza el mismo esquema conceptual y metodológico de la contabilidad nacional” que para el PIB trimestral. Es importante mencionar que el IGAE se utiliza para calcular la variación sobre la base del año 2003, fijado en 100. Así, por ejemplo, el IGAE promedio para el año 2008 fue de 118,25. Se puede apreciar una fuerte tendencia a la baja, siendo que se alcanzó el máximo anual de 121,9 en julio, y en enero y febrero de este año sólo se obtuvo 106 y 102,3 respectivamente. Si se observan las tendencias desestacionalizadas[6], el promedio del 2008 fue de 117,9, y el máximo del 2008 fue de 119,2 en marzo; enero y febrero del 2009 obtienen 109,2 y 110,1 respectivamente, confirmando pero atenuando la tendencia a la baja antes mencionada[7].

Se debe considerar que el IGAE ocupa “información básica muy preliminar y sujeta a revisión”, además de no incluir todas las actividades económicas, contrariamente al PIB trimestral. Por este motivo se debe ocupar como indicador de tendencia o dirección de la actividad económica en el corto plazo[8].

 La moneda oficial de México es el Peso Mexicano (denominado MXN). A la fecha de esta escritura, 1 EUR = 17,467 MXN y 1 USD = 13,11 MXN. Del mismo modo, la tasa de interés para préstamos interbancarios es de 6%. La inflación para el año 2006 fue de 4,05%. Por último, en lo que concierne los otros indicadores, el mismo año 2006 el índice de desarrollo humano según la ONU era de 0,821, lo cual ubica a México en el puesto 53 a nivel mundial. En febrero del 2009, el desempleo había llegado a 3,2%, aunque con una subocupación del 25%[9].

La evolución de las tasas de interés (referencias del Banco Central) siguió la siguiente tendencia: 7,75% en junio de 2008, 8.00% en julio de 2008, 8,25% en agosto de 2008, 7,75% en enero de 2009 y 7,50% en febrero de 2009[10].

Después de cinco años de relativa estabilidad de la tasa de cambio, México sufrió la aversión al riesgo desde la explosión de la crisis financiera internacional el último mes de octubre. El peso perdió el 38% de su valor nominal en relación con el dólar entre principios de agosto y diciembre de 2008. Las autoridades monetarias han intervenido en octubre para apoyar el peso a través de inyecciones de divisas en el mercado de cambios. En total, en cuatro meses, 19 mil millones de dólares de las reservas de divisas se han utilizados[11].

2.    Comercio exterior

El comercio exterior juega un papel importante en la economía de México, siendo las exportaciones e importaciones fundamentales. En 2005, se exportaron USD 213.700 millones, equivalente a las exportaciones sumadas de Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela[12]. Sin embargo, es fundamental mencionar que el comercio exterior de México depende en gran parte de América del Norte, y sobre todo de Estados Unidos: durante 2005, más del 90% de sus exportaciones fueron hacia América del Norte (88,4% EEUU, 2% Canadá) y más del 70% de sus importaciones vinieron de ahí mismo (68,4% EEUU, 2,5% Canadá)[13]. Este fenómeno se explica en gran parte por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, también conocido como NAFTA, que favorece el comercio entre Canada, Estados-Unidos y México.

México cuenta con 12 tratados de libre comercio firmados con 43 países: la Unión Europea, América del Norte, Chile, Uruguay, Bolivia, Colombia, gran parte de Centroamérica, Israel y Japón, entre otros. Además, es miembro observador del Mercosur, agrupación comercial que agrupa a Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, en vistas de un posible TLC con los países con quienes aún no tiene uno.

En 2008, el déficit del comercio exterior ha aumentado hasta 17 mil millones de dólares, primara vez en 15 años que es tan alto. Las exportaciones mexicanas que alcanzaron 292 mil millones de dólares, un aumento anual de 7%, disminuyeron significativamente al final del año debido a la desaceleración de la demanda de EE.UU. La depreciación del peso no tuvo ningún efecto sobre las exportaciones, mientras que las empresas se enfrentan a un mayor costo de los insumos importados, pagados en dólares. En consecuencia, el déficit corriente alcanzó al 1,4% del PIB[14].

3.    Deudas

La deuda externa ha tenido distintos efectos para este país. En lo interno, ha sido motivo de inestabilidad política, de crisis económica, de recortes en el presupuesto, de luchas internas, de insatisfacción de las necesidades básicas. En lo externo, ha generado conflictos diplomáticos así como una mayor intervención en la política y en la economía de parte de los organismos financieros internacionales, provocando a su vez una mayor dependencia del exterior. “Mientras exista el problema de la deuda externa el Estado Mexicano no podrá contar con finanzas públicas sanas y equilibradas, por lo tanto no podrá alcanzar las metas de su gobierno. Paradójicamente las demandas ciudadanas se incrementan mientras que los recursos públicos disminuyen.” [15]

En 2006, la deuda externa total de México ascendía a 178.300 millones de dólares, mientras que su deuda pública correspondía al 20,7% del PIB de ese mismo año. En junio del 2007 la deuda externa ya había ascendido a 183.000 millones de dólares. Así se mantuvo la tendencia anunciada a principios de 2007, de que la deuda externa de México había aumentado un 35% durante el último sexenio[16].