Resulta entrañable recordar al personaje infantil de la serie de éxito de los Picapiedra. Podemos crear un disfraz muy divertido para que nuestras hijas luzcan como si viviesen en la misma prehistoria, o adaptar el estilismo a nuestra imagen si deseamos convertirnos en una versión adulta del famoso personaje infantil. Sólo necesitaremos tijeras, una pistola de cola líquida o silicona, laca de color naranja, un hueso (que podemos conseguir en una tienda de mascotas o, si preferimos también puede servir de plástico), gomas para el pelo de color naranja, unas zapatillas de color maquillaje para simular que vamos descalzos (podemos pintar unas que tengamos viejas de color carne o rosado), una camiseta de color verde o rosa (adaptar al gusto personal), pantalones cortos de color azul y felpa negra o un tejido de aspecto similar, como terciopelo o cualquier tejido que al tacto simule ser piel.
Comenzaremos el proceso de confección de nuestro disfraz convirtiendo una camiseta de algodón en una maravillosa prenda de piel de leopardo. Para ello, cortaremos las mangas y el cuello haciendo jirones y deshilachando para que parezca acorde con el aspecto prehistórico del atuendo. A continuación, recortaremos al menos veinte trozos de tela negra de forma similar a un círculo o de aspecto más o menos redondeado, cuyas dimensiones deben ser de entre dos y cuatro centímetros de diámetro máximo. Con el pegamento uniremos los puntos a la camiseta de forma que logremos el aspecto final de piel de felino.
Una vez solventada la parte superior, usaremos el pantalón corto y ajustado para completar el disfraz, calzando unas zapatillas que simulen que andamos descalzos.
El toque final lo proporciona el peinado, que recogeremos en forma de cola de caballo. Anudaremos el hueso para que quede bien sujeto a la cola con varias gomas. Debemos rociarnos el pelo con laca de color naranja para lograr el tono adecuado.
Podemos completar con otros adornos de hueso al gusto personal, sin recargarlo demasiado para que luzca gracioso y original.