El acné siempre ha sido uno de los problemas más comunes de piel, lo que ha generado un sin fin soluciones, muchas de ellas teniendo poco que ver con las causas del mismo, resultando en esfuerzos fallidos en la mayoría de los casos.
Para evitar que esto suceda, es importante ir más allá de “lo que se dice”, buscando siempre las razones científicas médicas de esta afección, de manera a que el tratamiento que se llegue a realizar sea fructífero.
Es importante conocer la razón real por la cual aparece el acné, evitando caer en la idea de que se trata de una infección cuando en realidad es una enfermedad hormonal genética, lo que la hace incurable PERO sí tratable de forma efectiva.
Cuando los poros de la piel están taponados debido a la queratinización de la misma y el sebo no puede salir normalmente, ocurre el acné. Esto se debe a la acción de las hormonas y no precisamente al mal funcionamiento de otros órganos, la calidad de la sangre o el tipo de alimentación.
El tratamiento que se decida utilizar para combatir el acné deberá ser personalizado y según la piel, el cual es básicamente la aplicación cremas específicas para el tipo de herida o lesión ocasionada por el acné.
Se debe tener presente que una crema puede que no resulte de la misma manera en dos personas distintas, siendo importante que estos tratamientos sean dados por profesionales médicos especializados para el efecto, como los dermatólogos, de forma a prevenir lesiones mayores como cicatrices.