Sin importar en qué lugar de la Tierra nos coloquemos, se puede sostener una brújula en la mano y siempre apuntará hacia el polo Norte.
Una brújula es un dispositivo extremadamente simple. Una brújula magnética (lo opuesto a una brújula giroscópica) consiste de un pequeño y muy ligero imán balanceado en un punto de giro prácticamente sin fricción. El imán generalmente es llamado aguja. Uno de los extremos de la aguja frecuentemente está marcado con la letra “N”, que significa Norte, o coloreado de tal manera que indique que esa parte apunta hacia el norte. Sobre la superficie, eso es todo lo que se puede apreciar en una brújula.
Una brújula magnética tiene distintos problemas cuando se usa en plataformas con movimiento como los aeroplanos o las embarcaciones marítimas. Debe estar nivelada y tiende a corregirse por sí mismo lentamente cuando la plataforma gira. Debido a esta tendencia, la mayoría de los aeroplanos y las embarcaciones marinas usan brújulas giroscópicas.
Un giroscopio giratorio, si está soportado en un marco con un componente cardán y enrollado, mantendrá la dirección a la que apunta aún si el marco se mueve o gira. En una brújula giroscópica, esta tendencia se utiliza para imitar a una brújula magnética. Al inicio de un viaje, el eje de la brújula giroscópica apunta hacia el norte usando una brújula magnética como referencia. Un motor dentro de la brújula giroscópica mantiene al giroscopio girando, de manera que la brújula giroscópica continuará apuntando hacia el norte y se ajustará por sí misma rápidamente y con precisión aún si el bote o el aeroplano están en aguas o corrientes aéreas turbulentas, respectivamente.