La fuga venosa, también llamada derrame venoso, es una de las causas orgánicas (no psicológicas) más comunes de disfunción eréctil en los hombres más jóvenes, aunque es una enfermedad bastante rara. Se trata de un fallo en las venas que llevan la sangre fuera del pene. Durante una erección los espacios sinusoidales oprimen a estas venas cerrando el flujo de sangre que sale desde el pene, para mantener la sangre en el interior del mismo. En los casos de fuga venosa, la sangre se drena rápidamente y el paciente no puede mantener el pene erecto.
En pacientes más mayores, la patología orgánica más común es la falta de flujo sanguíneo producido por un bloqueo en la arteria que lleva la sangre al pene. Esta patología se relaciona con la diabetes, el consumo de tabaco y alcohol, la obesidad, el sedentarismo y una mala alimentación.
La fuga venosa es, en la mayoría de los casos, un mal congénito. En otros puede estar relacionado con el uso de alargadores de pene. Parece que esta práctica no causa el derrame venoso pero puede disparar un problema congénito latente y hacer que se manifieste causando la disfunción.
Si crees que puedes tener un problema de este tipo, acude a un urólogo para que te realice las pruebas necesarias, normalmente una imagen del cuerpo cavernoso es suficiente, para darte un diagnóstico. Es necesario tratar la fuga venosa mediante cirugía, no es una afección que se cure por sí misma.
Otras causas para la disfunción eréctil, también llamada impotencia, en pacientes jóvenes son el estrés y el consumo de fármacos y drogas.