Cuando se habla de una tuerca, se refiere a una pieza independiente que posee un orificio al centro, adaptado con una rosca, en el cual se acopla un tornillo de manera deslizante o fija. Se utiliza la tuerca para fijar y sujetar dos o más elementos independientes; para una mejor fijación, algunas personas agregan una arandela para asegurar la unión. La producción de tuercas en todo el mundo se lleva a cabo en procesos automatizados.
Cada tuerca posee las características geométricas adecuadas al tornillo que se acopla, ya que existe un sistema internacional que regula el tamaño de éstas.
Para la clasificación de las tuercas se toman en cuenta cuatro características:
- El numero de caras: Generalmente poseen de seis a cuatro caras, algunos modelos como la tuerca de mariposa posee dos alas salientes para poder girarla.
- El grosor: Se refiere al grosor del metal de la tuerca.
- El diámetro: Es el tamaño del orificio central donde encajará el tornillo.
- Tipo de rosca: Debe de coincidir con el tornillo, éste puede ser infinito.
Entre los diversos tipos de tuerca, uno muy usado es la tuerca almenada, también conocida como tuerca de castillo, este nombre se le da debido a que su forma asemeja un castillo medieval. Posee en el tornillo uno o más orificios, a través de la tuerca en la parte inferior tiene dos ranuras, la ranura se debe alinear con el orificio en el tornillo, de no ser así la tuerca se gira para hacerla coincidir con el orificio más cercano. Posteriormente con un cable de seguridad o una chaveta se asegura el tornillo a la tuerca.
La chaveta o anillo de pasador es un alambre circular, éste se hace pasar por la ranura, por el tornillo y sale por la otra ranura, impidiendo que la tuerca o el tornillo se mueva de su lugar.