Los reptiles no mastican su comida para procesarla hasta un estado en el que pueda ser digerida. Los reptiles carnívoros tragan pequeños animales e insectos sin siquiera morderlos, mientras que los reptiles herbívoros se enfrentan al mismo problema, únicamente que lo que comen son plantas. Digerir un animal entero, considerando los huesos, piel, pelo y todo lo demás puede ser un gran peso para el sistema digestivo.
Los grandes reptiles, tal como los cocodrilos y las boas constrictoras, no comen diariamente. Pasan largos periodos, de hasta seis semanas, entre cada comida, y después comen algo muy grande, tan grande como un animal completo. Una serpiente pitón puede pasar un mes después de haber comido un conejo, pero puede permanecer sin comer durante varios meses y hasta un año después de haber comido un animal más grande, como un siervo. Los cocodrilos adultos pueden vivir de únicamente una comida durante periodos extendidos de tiempo, digieren la comida lentamente y después ayunan hasta que vuelvan a capturar otra presa. Los cocodrilos jóvenes y las serpientes pitón pueden comer más frecuentemente pero también pasan periodos de ayuno hasta una comida posterior.
Los reptiles carnívoros tienen tripas pequeñas diseñadas para romper eficientemente la comida. Los reptiles digieren más lentamente su comida de lo que lo hacen los mamíferos. Su inhabilidad para masticar, emparejado con su lento metabolismo, obligan a los reptiles a pasar más tiempo digiriendo aunque además les permite permanecer tiempos más largos sin comer.
Los reptiles herbívoros tampoco pueden masticar para acelerar la digestión. En lugar de eso, tragan pequeñas rocas y piedras para triturar la comida en las tripas.