Las funciones fisiológicas de los animales trabajan únicamente en un rango estrecho de temperatura. Por ello, los animales han desarrollado numerosos mecanismos para ayudarlos a sobrevivir enfrentando las variaciones de temperatura durante el día y la noche y las condiciones de sequía de un desierto.
Algunos animales del desierto llevan una vida activa durante la noche o el atardecer y el anochecer cuando la temperatura es templada. Algunos animales, como la rata canguro y el tejón, se ocultan en la arena durante el día mientras que los zorros y los zorrillos pasan el día bajo las frescas sombras de algún matorral.
Los grandes apéndices tales como las orejas de los conejos del desierto tienen muchos vasos sanguíneos a través de los cuales los animales disipan el calor. Los búhos y las aves de rapiña nocturnas capturan sus presas con sus bocas abiertas y revolotean hacia sus propias gargantas para perder calor corporal.
El agua contenida en las plantas tales como los cactus y en la sangre y la piel de los animales los ayudan a alimentarse y a cumplir una parte de sus requerimientos para sobrevivir en el desierto. Los insectos del desierto sustraen agua de la savia y el néctar de las flores y los troncos de las plantas desérticas. La rata canguro y otros roedores del desierto han desarrollado un mecanismo de elaboración de agua dentro de sus cuerpos mientras digieren las semillas secas de las cuales se alimentan