Las tortugas son reptiles característicos por su caparazón que cubren sus órganos vitales, a estos maravillosos animales se les han atribuido poderes curativos y mágicos dentro de muchas culturas, esto se debe a que en la antigüedad se creía eran seres inmortales debido al número de años que llegan a vivir, rebasando los 150.
Se conocen dos tipos de tortugas, las terrestres y las marinas. Las teorías de su evolución nos indican que en un principio, todas las tortugas vivían sobre la tierra y hace apenas unos 50 millones de años, evolucionaron hacia el hábitat acuático.
Las tortugas terrestres, como la tortuga mediterránea y la tortuga mora, por mencionar algunas, son de temperamentos tranquilos, herbívoras y distribuidas por toda Europa, Asia y América; miden aproximadamente de 15 a 20 cm de longitud, dependiendo si se trata de un macho o una hembra. Necesitan agua para refrescar sus caparazones mas no viven dentro de ella. Estas son las características de casi todas las tortugas terrestres, llegan a vivir un máximo de 80 años. Y en comparación con las tortugas galápago son pequeñas y viven poco tiempo.
Charles Darwin dedicó gran parte de sus estudios a las tortugas galápago.. Estas gigantescas tortugas crecen durante 30 o 40 años hasta alcanzar 1.5 m de talla y llegan a pesar hasta 230 kg. Se clasifican según su hábitat en:
1. Caparazón en forma de domo: Poseen un gran caparazón curvado por el centro y se les encuentra en islas con abundante vegetación y gran humedad.
2. Con forma de silla de montar: Tienen un caparazón que se eleva en la parte de enfrente, viven en lugares con menos vegetación y más áridos.
3. Raza intermedia: esta es la combinación de las dos anteriores.
Las galápagos también son terrestres, las diferencias principales entre éstas y las tortugas de tierra son su gran tamaño y su longevidad.