Seguramente el término estatina no es de uso común en la cotidianidad y muchos desconocen su significado, asociándolo únicamente a un medicamento como una percepción general, más sin conocer sus cualidades, beneficios e incluso, desventajas en cuanto a su consumo.
En fin, la estatina es un medicamento o conjunto de ellos que inhibe la creación de colesterol por parte del hígado. Beneficioso a simple vista, en el sentido que el consumo de estos fármacos llevarían a suprimir la famosa frase: “tengo alto el colesterol” y, por tanto, pensar que esto aseguraría años de vida más saludables y menos achaques asociados al colesterol; no obstante, el mismo consumo de estatinas puede conllevar a que esta inhibición de la creación de colesterol sea contraproducente para la salud, ya que el organismo requiere de un porcentaje de colesterol para desarrollar sus funciones, hasta el punto de llamarlo: colesterol bueno.
Por tal motivo, surge la importancia de determinar cómo elegir la mejor estatina: lovastatina, pravastatina, niacina, entre otras. El mercado de fármacos otorga una amplia gama de opciones, cada una con un objetivo claro: reducir el colesterol. El médico particular de cada persona puede determinar la conveniencia de administrar o prescribir dosis de algunos de estas estatinas en función del cuadro de colesterol que presenta el paciente; sin embargo, ni la mejor estatina bien administrada puede prevenir la reducción del mismo sin alterar otros órganos o funciones vitales, dado que la falta de producción de colesterol “provocada” puede llevar a enfermedades como diabetes o dolencias musculares.
De esta forma, la mejor estatina, sea cual sea la determinada por nuestro médico debe ir acompañada de suplementos que mantengan el correcto funcionamiento del organismo y no desencadenen efectos colaterales no deseados. Adicional a ello, una buena forma de reducir el “colesterol malo” es el consumo de alimentos bajos en grasa, ricos en fibra y proteínas, es decir, una dieta balanceada, la cual aunada al desarrollo de actividad física o rutinas de ejercicio de dos a tres veces por semana puede convertirse en la mejor estatina para nuestro cuerpo y con ello fomentar la prevención de problemas cardiovasculares, sobre todo su mayor consecuencia: los infartos.