La garganta y los oídos tienen una relación directa. El tubo de Eustaquio, responsable de mantener los fluidos alejados del oído medio, está conectado con la garganta. Si el tubo se hincha parcialmente debido al dolor de garganta, se bloquea. Este aumento de la presión en la zona produce el dolor de oído.
Los oídos, la nariz y la garganta están bastante conectados. Si se produce una infección, inflamación o alergia, todas las áreas pueden verse afectadas. Las cavidades nasales también están conectadas con la garganta y los oídos.
El dolor de garganta es una enfermedad que afecta el área que rodea a las amígdalas, lo que se denomina faringe. Los dolores de garganta suelen ser infecciones producidas por un virus o una bacteria. Un dolor de garganta puede ser síntoma de otros problemas de salud, como la gripe o una fiebre. Aunque los dolores de garganta son comunes en los niños, pueden contraerlos personas de cualquier edad.
La inflamación de la garganta se caracteriza por la presencia de dolor y dificultades para tragar. Cuando una persona tiene un dolor de garganta, ésta se enrojece y se hincha. El dolor suele llegar hasta el oído. Los dolores de garganta suelen estar acompañados con fiebre elevada y nódulos linfáticos inflamados.
A menudo, los dolores de garganta no presentan complicaciones para la salud y se van en una semana. Sin embargo, es posible que sí aparezcan ciertas complicaciones debido a esta enfermedad. Los dolores de garganta pueden producir infecciones que afecten no solo el oído medio, sino el pecho o los senos paranasales. Si alguien contrae amigdalitis, puede desarrollar sarpullidos.
Para calmar la garganta infectada se pueden hacer gárgaras con media cucharadita de sal y agua tibia cada varias horas o tomar tylenol.