El aniracetam es un fármaco que actúa como agente neurotrófico, o sea, pertenece a la familia de las proteínas que favorecen el crecimiento saludable y el desarrollo de las neuronas. Constituye un neuroactivador cognitivo que incrementa la presencia de acetilcolina –un neurotransmisor que se encarga de mediar la actividad sináptica en todo el sistema nervioso– y regula los receptores glutamatérgicos dependientes de AMPA con importantes resultados para el organismo, que van desde una promoción de la neuroplasticidad, hasta la protección de las neuronas de los ataques de agentes neurotóxicos.
Entre las funciones más importantes de este medicamento, que presenta una estrecha cercanía con el piracetam aunque exhibe mejores resultados que este último en dosis menores, se encuentran sus excelentes propiedades ansiolíticas o tranquilizantes del sistema nervioso central. Este efecto permite aumentar los niveles de atención y concentración, así como también optimiza la relación comunicativa entre los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro humano.
Es frecuente que los médicos indiquen el consumo de aniracetam si detectan anomalías en la capacidad de mantener la atención y memorizar información, siempre que estas tengan un origen degenerativo o vascular. La dosis más común ronda los 1500 mg diarios, administrados de una vez o en dos momentos diferentes de la jornada.
El aniracetam constituye un fármaco de efectos prologados en el tiempo, siendo posible apreciar los indicios más alentadores de mejoría alrededor de los dos meses. Al cabo de los cuatro meses aparecen los mayores avances curativos. Entre los efectos secundarios o adversos del medicamento, los pacientes han informado ansiedad e insomnio, aunque se solucionaron al disminuir la cantidad en cada dosis.
Es importante que las mujeres en etapa de gestación y amamantamiento eviten el consumo de aniracetam. En el caso de las personas que sufren una insuficiencia renal severa se recomienda una dosis menor del medicamento.