Ageusia es el término médico para designar cualquier alteración en la percepción del gusto. Habitualmente, la ageusia se acompaña de anosmia, la perturbación en la percepción del olfato. Existen cinco grados o tipos de alteración distintos de ageusia. Si el paciente no puede detectar ningún sabor, sea del grupo que sea, dulce, salado, ácido o amargo, se dice que padece una ageusia total. Si el paciente puede detectar algunos sabores pero tiene problemas para detectar otros, por ejemplo: no detecta los sabores amargos o solo detecta los sabores ácidos, se dice entonces que padece una ageusia parcial.
La hipoageusia es una disminución de la percepción del sabor, el paciente distingue los sabores pero los percibe de una manera más débil. Esto puede ocurrir tanto en todos los sabores si es completa, como en solo algunos si es parcial. También existe la llamada hiperageusia, donde el paciente percibe los sabores con mayor intensidad de la habitual.
La disgeusia es la percepción de un sabor sin que esté presente lo que normalmente lo causa, por ejemplo: el panciente percibe un sabor metálico en la boca sin tener nada en ella.
Según su etiología, se distinguen múltiples tipos, algunos de ellos patológicos, otros no. Es habitual que los pacientes que están sufriendo una infección en las vías respiratorias altas, como un resfriado o una infección nasal, manifiesten un sentido del gusto disminuido. También existe una disminución del gusto en los mayores de sesenta años, pero se entiende que esta alteración es una pérdida natural de las percepciones sensibles, no tiene un origen patológico.