La digestión es un proceso muy complejo que transforma los alimentos ingeridos en sustancias simples que pueden ser absorbidas por el organismo. En este proceso participan diferentes tipos de enzimas, moléculas de naturaleza proteica que aumentan la velocidad de las reacciones químicas que tienen lugar en el organismo. Las enzimas son, en general, moléculas muy específicas, tanto del tipo de reacción que catalizan como de la molécula sobre la que actúa.
La ptialina o tialina es una de estas moléculas, es una enzima que se encuentra en la saliva. Fue la primera enzima identificada y aislada.
El proceso digestivo empieza en la boca, es por eso que es tan importante la buena masticación de los alimentos, así como su salivación. La ptialina es la encargada de comenzar la digestión de los hidratos de carbono aún en la cavidad bucal. Es una amilasa, una enzima que ayuda a la digestión del almidón descomponiéndolo en tres azúcares sencillos y fácilmente asimilables por el organismo: la glucosa, la maltosa y la dextrina.
La ptialina se produce principalmente en las glándulas salivales, con mayor concentración en las glándulas parótidas, pero también, aunque en menor medida, en el tejido pancreático exocrino, desde donde es vertida al duodeno a través de la ampolla de Vater.
La medición de la ptialina puede ser una prueba de diagnóstico de algunas enfermedades. Un elevado nivel de ptialina en plasma puede indicar pancreatitis, paperas o deficiencia renal. Se llama amilasemia a la alta presencia de ptialina en sangre, detectada normalmente mediante un hemograma.