Postitis es el término médico para designar la inflamación del prepucio (el pliegue de piel que cubre el glande). Proviene del griego, “posthe” significa prepucio e “itis” es el sufijo para inflamación. Se caracteriza por el enrojecimiento e hinchazón de la piel, acompañada en ocasiones con secreción purulenta y picor.
La postitis puede ser causada por infecciones de hongos o bacterias. Estos microorganismos pueden transmitirse a través de las relaciones sexuales, pero no es el único modo. Las infecciones por hongos deben tratarse con medicamentos antimicóticos y las de bacterias con antibióticos. También es necesario mantener el área seca, pues la humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias.
La postitis también puede estar provocada por causas no infecciosas como en el caso de la dermatitis por contacto o la psoriasis (dermatosis eritematoscamosa recidivante y crónica de etiología desconocida). En este caso, puede ser necesario cambiar de hábitos de higiene, usando productos menos agresivos.
Un remedio casero para aliviar el picor y mejorar la hinchazón es darse un baño de agua con manzanilla. Pero es muy importante secarse bien después.
La inflamación del prepucio puede conducir a la fimosis si no se trata convenientemente. La piel del prepucio se endurece y esto hace dificultosa su retracción sobre el glande. En este caso, podría ser necesaria la cirugía.
La postitis también puede provocar úlceras superficiales y enfermedades de los ganglios linfáticos inguinales.
Para prevenir esta afección, hay que mantener una higiene genital adecuada pero no excesiva, limpiando regularmente el glande, retrayendo el prepucio completamente.