Cada órgano del cuerpo cumple una labor específica e irremplazable a pesar de lo irrelevante que pueda parecer, por su tamaño o por su función. Sin embargo, en biología existe una categoría paradójica: los órganos accesorios. Esta nomenclatura sugiere una jerarquía dentro de los órganos que en realidad es muy relativa.
Por órgano accesorio debe entenderse aquellos que tienen una vinculación indirecta con determinados proceso del cuerpo, en los que brindan apoyo a los órganos primarios durante su labor. Otros criterios describen a los órganos accesorios como aquellos que se encuentran cercanos a otros sin un propósito aparente. Este tipo de órganos pueden encontrarse dispersos en varias regiones del cuerpo como la piel y la cavidad abdominal.
Algunos científicos también consideran como órganos accesorios a aquellos que, producto de la evolución, han ido perdiendo su razón de ser y sus funciones dentro del organismo, como es el caso del apéndice.
En realidad, casi todos los sistemas biológicos del organismo cuentan con sus propios órganos accesorios. Uno de los más clásicos es el sistema digestivo, por la cantidad de funciones que lidera y los numerosos órganos –primarios y accesorios– con los que interactúa durante el proceso de ingestión y digestión de los alimentos.
Por ejemplo, el páncreas constituye un buen ejemplo de órgano accesorio al sistema digestivo pues su función es la de producir la enzima amilasa que viaja hacia el estómago, con el objetivo de sintetizar el glucógeno y el almidón para producir finalmente los azúcares.
Otro sistema, en esta ocasión el reproductivo, posee órganos accesorios que colaboran con las funciones primarias de los órganos genitales. Por citar un ejemplo, los labios externos de la vagina se lubrican gracias a la acción de las glándulas de Bartolino, lo que influye de manera positiva en la correcta realización del acto sexual.
Así la lista continúa con lo que en realidad es la interacción que debe existir entre las partes del organismo para que este funcione como una máquina perfecta.