En la literatura médica existen varias estructuras dentro de la anatomía humana que reciben el nombre de promontorio, generalmente asociadas a estructuras pequeñas y de poca significación para los procesos. Claro, también es sabido que ninguna estructura anatómica está de más o inutilizada, ni siquiera aquellas que los especialistas insisten en que producto de la evolución, especialmente, han perdido su función y ya no debería ni existir, como en el caso del apéndice.
En la región donde más se menciona la presencia de un promontorio es en el hueso sacro. Este hueso constituye el punto donde convergen las cinco vértebras sacras. Esto ocurre en la parte posterior de la pelvis, justo debajo de la columna lumbar. Las vértebras forman un ángulo que sobresale hacia delante y que se denomina de dos maneras indistintamente: saco vertebral anterior o promontorio. Un dato curioso es que el ángulo es más pronunciado en hombres que en mujeres.
En cuanto a este tipo de estructura en otra región del cuerpo, es posible encontrarla dentro del oído medio. Esta vez, a diferencia del promontorio saco, constituye una anomalía, que puede tener algunas consecuencias importantes en el desarrollo normal del sentido auditivo.
Los doctores afirman que entre las causas que pueden originar un estado de sordera tanto en los niños pequeños como en las personas adultas. Entre estos trastornos se encuentran las fositas preauriculares, que son un tipo de acrocordón, y pueden estar originadas en el desarrollo anómalo de los promontorios auriculares.
Otras partes de la anatomía como el cerebro, presentar sus propios promontorios, aunque como se explicaba no suelen ser formaciones demasiado significativas, así como también pueden variar de nombre.