Los molinos de viento siempre han sido usados para aprovechar la energía del viento, aunque con el paso del tiempo la aplicación de dicha energía ha cambiado. Los primeros molinos conocidos, construidos en Persia durante el siglo VII d. C. tenían ejes verticales y frecuentemente eran usados para transportar agua. Los europeos introdujeron el primer molino de viento con ejes horizontales y es el más reconocido hoy en día. Éstos fueron muy populares para moler el maíz y otros granos para la producción de harina. Hoy en día, los molinos de viento son usados casi exclusivamente para generar electricidad.
Los molinos de viento usan aspas que parecen las alas de los aeroplanos con el fin de recolectar el viento que fluye a través de ellos. Como en una ala, la forma de la aspa produce una diferencia de presión en las caras opuestas, lo que para un aeroplano produce el despegue, en un molino de viento hace girar un eje de accionamiento central. En los molinos de viento tradicionales, la aspa está conectada a través de una serie de engranes a una roca o alguna otra base. Otros fueron equipados para abastecer energía a sierras o para bombear agua. Para la producción de electricidad, el eje de accionamiento está enlazado a un generador, el cual, conforme las aspas giran, genera electricidad.
Los molinos de viento modernos son llamados aerogeneradores y están colocados en grandes grupos llamados centrales eoloeléctricas para hacer uso de los flujos naturales de viento para producir electricidad, algunos de estos molinos están localizados en alta mar.