Un cassette es un formato de audio que usa cintas de plástico magnéticas para grabar y reproducir sonidos. Las cintas de cassette para estéreos compactos están basadas en una antigua tecnología de audio de “carrete a carrete” y fueron vendidas junto con una cinta de ocho pistas como una versión basada en cartuchos más conveniente del formato de carrete abierto. A pesar de que hoy las cintas de cassette han prácticamente desaparecido y han sido reemplazadas por los discos compactos y los dispositivos mp3, algunos entusiastas aún disfrutan y prefieren los casettes que las nuevas formas digitales.
Cuando se inserta un cassette en el reproductor o gabradora y se presiona el botón de grabado, se acciona una cabeza magnética. La cabeza recibe señales de audio desde la fuente, que puede ser la radio u otra cinta de cassette, y entonces la cinta se acopla a la cabeza magnética, ésta reacomoda las partículas magnéticas en la cinta de audio para igualar la frecuencia de la fuente.
Las partículas magnéticas son una propiedad permanente de la superficie de la cinta. Las partículas en una nueva cinta están desorganizadas; la cabeza magnética que graba las organiza. La fuente de sonido dicta su colocación. El reacomodo del sonido original produce cantidades distintas de presión.
Estos pulsos de presión regulan el flujo de electricidad hacia el magneto, presionándolo y aflojándolo. Las fluctuaciones en la fuerza del magneto causan que las partículas de la cinta se agrupen en grupos que imitan los pulsos. Cuando la cabeza reproductora se acopla, los grupos de partículas reaccionan con la cabeza para crear una corriente eléctrica. La corriente es enviada a la dirección opuesta a la cabeza que graba.
Los pulsos de la cabeza son una copia exacta de la corriente original que fue transmitida a través de dicha cabeza para arreglar las partículas. La corriente es enviada a los altavoces. Los altavoces reciben los pulsos variantes y los interpretan como vibraciones únicas del sonido original.