Los dirigibles o blimps, han existido desde la década de 1930. Si bien los Zeppelins alemanes probaron que los dirigibles no eran más que inminentes tragedias llenas de combustible esperando a suceder, los dirigibles modernos son muy estéticos y utilizados para muchos propósitos, desde televisar un juego hasta para promover una próxima venta.
Hace muchos años, los dirigibles estaban llenos de hidrógeno, por lo cual eran propensos a arder en llamas. De hecho, uno de los más grandes desastres aéreos en la historia tuvo lugar cuando el Hindenburg explotó sobre Lakehurst, N.J., en 1937. En síntesis, 36 personas perdieron la vida. Hoy en día, el hidrógeno ha sido reemplazado por helio, que a decir verdad, extingue el fuego.
Los dirigibles de hoy tienen una mezcla de helio y aire. El helio, al ser más ligero que el aire, permite que la nave flote, algo muy parecido a lo que sucede cuando las personas inflan globos con helio. Lo que es aún más impresionante es que los dirigibles, tal como los globos, realmente no tienen ninguna estructura interior. El helio llena el cuerpo del dirigible, que puede ser llamado la envoltura. Bolsas de aire dentro de la envoltura, llamados globos compensadores, ayuda a mantener una presión interna constante.
Una vez que se ha creado algo que es más ligero que el aire que lo rodea, volar es cosa sencilla. Los fabricantes instalan alas y hélices para mantener a los dirigibles en curso y con dirección correcta.