Técnica del incisado en cuero

El incisado define, limita y subraya los perfiles de los motivos, confiriéndoles mayor claridad y separación de los fondos.
Cualquier herramienta de punta cortante sirve para incisar. En el trabajo realizado aquí, con dicha técnica, hemos utilizado una cuchilla estrecha y alargada, pero también es posible utilizar un buril cuya cuchilla tiene forma de uve, en cuyo caso, se maneja alejando ésta del cuerpo del ejecutante. El incisador es mejor usarlo con una piel gruesa como, por ejemplo, la de la vaca

Para proceder al incisado con la piel húmeda, primero, hay que efectuar el reporte y el trazado. Luego, con la cuchilla circulamos por las líneas marcadas, con cuidado de no pasar dos veces por el mismo sitio porque se produciría un corte doble y sin apretar demasiado, pues la profundidad de la incisión debe de ser como máximo un tercio del grosor de la piel, cuando la piel es muy fina, se realiza únicamente en la epidermis.

Los vértices de los ángulos, especialmente si son agudos, y los cruces de líneas no deben no incisarse, tanto si es delgada o gruesa la piel porque al secarse el cuero y con el roce se levantaría con gran facilidad. El corte ha de detenerse medio milímetro antes de llegar a dichos puntos.

Cuando el incisado se combina con la técnica de repujado, únicamente se cortan las líneas que perfilan y separan las partes de un motivo, dejando los detalles del interior para modelarlos.

El ensanchamiento del corte s realiza con el trazador. Una vez terminada la incisión y humedecido el cuero, se introduce el trazador en el corte en posición opuesta a la de su auténtica aplicación, es decir, apoyado por la punta y se resiguen todas las líneas con cuidado de no descarrillar

Sobre el artículo

Categorias: Cuero
Ultima modificación: 06/22/2012