Si nuestro proyecto empresarial debe realizar operaciones con otras empresas extranjeras, tal vez debamos acudir a una figura de pago denominada crédito documentario o carta de crédito. Este documento es un contrato en el que un banco, denominado emisor, se obliga a pagar a un beneficiario una cantidad de dinero en nombre de un solicitante, que suele ser el importador o quien suscribe la obligación de pago. De esta forma, el proveedor o empresa que debe suministrar un servicio o mercancía obtiene la garantía de que recibirá el pago concertado por la mediación de la entidad que actúa como garante de la solvencia de quien ha contraído la obligación de pagar.
Este tipo de contratos facilita el desarrollo de operaciones internacionales de comercio, porque establece un marco de operaciones seguro y facilita el trasvase de capitales y productos.
El procedimiento para operar de este modo es bastante sencillo, y suele desarrollarse a través de la mediación del banco donde operemos de forma habitual. Así, a petición nuestra, el banco emitirá la carta de crédito a favor del vendedor, que deberá hacerla efectiva en una sucursal de nuestro banco o en un banco asociado del país donde estemos realizando la operación comercial.
El proceso se ejecuta de forma sencilla, pues una vez que se ha producido el envío, el vendedor acude con la documentación que se haya establecido como necesaria y recibe el dinero pactado. Generalmente, esta documentación incluye la factura comercial, la documentación de envío de los productos (recibo de transporte, embarque o similar) y un seguro que cubra eventuales desperfectos o la pérdida de los mismos.