Consejos para saber cómo negociar la hipoteca con el banco

Para poder negociar la hipoteca con el banco, cualquier mínima ayuda es importante. Trataremos con personas habituadas a la negociación, a utilizar un lenguaje plagado de términos económicos y jurídicos que debemos conocer para no caer en malentendidos ni errores, así que debemos informarnos muy bien antes de acudir a realizar este trámite. Internet puede convertirse en nuestro mejor aliado si sabemos acudir a los puntos donde la información es fiable y clara.

Evidentemente, el primer paso que debemos dar es acudir a nuestro banco una vez que sepamos la realidad de las ofertas y la terminología más empleada en estas operaciones de préstamo. Debido a que conocemos al personal y llevamos muchos años como clientes, podemos obtener ciertas ventajas que frente a operadores desconocidos no podremos emplear. Antes de firmar, recuerda que dentro de la misma entidad, los objetivos de diferentes sucursales u oficinas puede hacer que en alguna de ellas se ofrezcan mejoras de las que no te hablaron o no te pudieron ofrecer.

En la medida de lo posible, intenta hablar con el director de la sucursal, pues dispone de un margen de maniobra mayor para negociar que el resto de los empleados. Si le conocemos personalmente, mejor que mejor. Si sabemos perfectamente lo que queremos dentro de las posibilidades reales de nuestra capacidad económica, será más fácil aproximar posturas y reforzar nuestra posición. Discute especialmente el diferencial, que supone un incremento sobre los intereses a pagar. Las comisiones y productos vinculantes también pueden ser objeto de rebaja.

Lleva contigo toda la documentación que te van a pedir y anticiparás las respuestas en firme si los analizan directamente en la reunión. Las últimas nóminas y la declaración de la renta suelen ser los datos que manejan de forma habitual. Salvo que sea una oferta claramente superior a todas las demás, no te dejes guiar por los impulsos y analiza primero los datos. Un par de días de espera no es demasiado cuando vas a vincularte para 20, 30 ó 40 años.