La muerte de una persona querida es un momento difícil y duro para la mayoría de nosotros. Nuestra vida cambia de diversas formas y durante ese periodo los afectados están más vulnerables y frágiles. Dado que hay que proceder con cariño y cautela en este artículo veremos algunos consejos de como acompañar a las personas que han sufrido una pérdida.
En momentos así más allá de la etiqueta lo que conviene hacer es estar al lado de quien nos necesita y ayudar de forma sincera, siendo nosotros mismos.
No siempre es necesario hablar, sino simplemente estar abierto y comunicativo; a veces basta con escuchar. Las personas que han sufrido la pérdida de un ser querido necesitan más ser escuchadas que escuchar palabras de consuelo.
Evite banalidades y frases hechas en la medida de lo posible. A veces una mirada y un abrazo hablan por sí solas.
No es necesario decir demasiadas cosas, a veces con un “lo siento” es suficiente, nuestra simple presencia es la mejor ayuda.
Tenemos que facilitar la expresión de sentimientos, Si una persona llora o exterioriza sus emociones, conviene mantenerse a su lado, servir de compañía sin interrumpirla.
Es necesario para acompañar en el duelo que seamos cálidos, cercanos y compasivos, ofreciendo el contacto físico adecuado, sin pasarse, y sabiendo dejar espacios de soledad.
Durante los días y semanas siguientes al entierro del ser querido conviene hacer una llamada o una visita sin molestar, charlar un poco y reconfortar a la persona, es importante demostrar interés, saber cómo va todo.
Es muy importante acompañar en el duelo no sólo el día del funeral, sino que días después debemos preocuparnos y ofrecer nuestra ayuda a la persona que está baja de moral, por si pudiéramos ayudar en alguna gestión o cualquier cosa que pueda necesitar.