Se tiene constancia de que los primeros animales y plantas se domesticaron en el Neolítico (8500 a.C.) ya que a consecuencia de que los bosques empezaron a expandirse de forma progresiva provocaron que los animales emigraran a otras zonas con lo que los habitantes de esa época debieron adaptarse a la nueva situación para sobrevivir.
De esta forma poco a poco fueron haciéndose sedentarios al no tener que depender en gran medida de los animales que cazaban. De esta forma el territorio dejó de ser un territorio hostil a ser una fuente de recursos que debía ser mantenida por el hombre.
Este fue un proceso gradual en las diferentes zonas en las que vivía el hombre pero se sabe que independientemente de la zona empezaron a domesticar cabras y ovejas de los que obtenían carne, lana y leche. Luego domesticaron a los cerdos y luego a las vacas. Los animales de tiro como los asnos o las gallinas se domesticarían mucho más tarde.
Esto es en cuanto a lo que se refiere a los animales domésticos que destinaban como materia prima o fuente de alimentos. En Oriente Próximo se tiene constancia de que venían usando a los perros para cazar desde el 11000 antes de Cristo y no fue hasta mucho más tarde cuando se lograría domesticar al caballo.
Como dato curioso cabe decir que el gato no se domesticó hasta el año 3200 y que fue en Egipto donde se produjo dicha domesticación. Luego vendría la domesticación del gusano de seda en China, del pato en Siria o del reno en Siberia casi en el 1000 antes de Cristo.