La necesidad de medir el tiempo y establecer unos patrones cronológicos ha sido una constante en la historia del ser humano. Establecer fechas y calendarios tenía relación con los ciclos biológicos y agrícolas, y ayudaba a predecir el tiempo, las buenas y malas cosechas, etcétera. Producto de esta necesidad de medir el tiempo fue el reloj. Un reloj es un instrumento usado para medir el tiempo, ya sean días, años, estaciones, fases lunares, etcétera. El reloj se viene usando desde la Antigüedad, y se desconoce quién inventó el primer reloj.
Ya en el Mundo Antiguo surgieron muchas clases de relojes. El más conocido es el reloj solar, que utiliza una sombra arrojada por la luz solar para determinar el paso del tiempo. Se estima que el primer reloj solar debió aparecer en el Antiguo Egipto. Otro tipo de reloj frecuentemente usado en la Antigüedad es la clepsidra, un reloj que usaba el agua para medir el tiempo. En aquella época quizás se usara también el reloj de arena, pero la primera constancia de la existencia de este tipo de reloj se remonta al siglo XIV.
Los relojes cuyo funcionamiento se basaba en el uso de pesas parece remontarse al siglo X. Galileo Galilei desarrolló un nuevo sistema para relojes de péndulo. Fue a finales del siglo XIV cuando se cree que aparecieron los primeros relojes mecánicos. Éstos eran de gran tamaño y se fabricaban para ser colocados en torres, campanarios, catedrales o ayuntamientos. El primer reloj mecánico se atribuye al abad Richard Wasigford, aunque otras fuentes difieren de esta atribución.
Fueron muchos los que durante los siglos contribuyeron a desarrollar los relojes más populares de su tiempo, como Peter Heinlein y Christian Huygeens con el reloj de bolsillo o Patek Phillipe con el reloj de pulsera. Sin embargo la historia del reloj es la historia de las contribuciones de muchos hombres a lo largo de la historia, por lo que no se puede citar un solo nombre como el inventor del reloj.