La anorexia, la obesidad y la bulimia están a día de hoy entre los trastornos alimentarios que con más frecuencia se producen en la adolescencia.
La anorexia es una enfermedad mental que consiste en desear obtener una pérdida voluntaria del peso como consecuencia de una patología al tener miedo engordar o a padecer obesidad. La pérdida de peso se consigue por uno o varios métodos como puede ser el dejar de comer, realizar actividades físicas constantemente, autoinducción al vómito o la utilización de medicamentos reductores del apetito o laxantes.
En el caso de la obesidad vemos que es un trastorno cuyo rasgo más visible es el aumento de la grasa corporal en la persona que la padece. Considerar que una persona obesa goza de buena salud es un error muy expandido entre la sociedad. Se sabe que las personas con obesidad son más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares, así como diabetes y otras muchas enfermedades relacionadas con el sistema digestivo.
En la bulimia la persona compaginará dos tipos de episodios. En el primero, padecerá una compulsión excesiva por comer de todo y en grandes cantidades. En el segundo episodio, esta misma persona realizará todo tipo de actos para compensar dicha compulsión como puede ser la realización de dietas extremas o ingerir medicamentos para acelerar dicho proceso. De los trastornos expuestos es el más grave de todos ya que es el potencialmente más mortal de los tres.
Sea el trastorno que sea el que padezca el adolescente no se puede tratar de solucionarlo por cuenta propia. Requieren de la ayuda de un especialista que estudie detenidamente el caso y haga seguir unas pautas de alimentación muy estrictas, incluso en los trastornos más graves requerirán de la supervisión continua para asegurarse de que el adolescente come correctamente. De esta forma, no dude en contactar con un especialista si considera que su hijo padece uno de estos trastornos alimenticios.