Para buscar las raíces del cristianismo tenemos que hacerlo en la religión o fe judía, hace ya más de dos mil años. El Antiguo Testamento es sin duda una de las partes fundamentales de la Biblia (libro que recoge las sagradas escrituras de la fe cristiana) y que contiene las profecías del mesías que salvará a los hombres. Quienes profesan el cristianismo creen que todas las profecías se cumplieron con Jesús, el hijo de Dios, cuyas enseñanzas han sido recogidas en el Nuevo Testamento.
El cristianismo tiene diversos símbolos que han llegado hasta nuestros días, a través de los creyentes. Uno de los principales es sin duda la cruz, cruz en la que Jesús fue crucificado y de la cual resucitó al tercer día. Por eso muchos cristianos llevan consigo una cruz de Cristo.
Otro de los distintivos de la fe cristiana son los peces, o más concretamente el pez ya que las primeras letras del nombre de Jesucristo, forman el vocablo griego ichthui o pez. La imagen de tres peces entrelazados es muy representativa y significa Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
El cordero de Dios también tiene especial relevancia para el cristianismo, ya que también es uno de los principales símbolos de Cristo. Juan Bautista uno de los apóstoles de Jesús, lo definió como “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Por lo tanto el cordero significa para muchos creyentes su fe en la salvación.
Todos los cristianos que conforman la Iglesia están divididos en varios grupos, pero mantienen la creencia de que Jesús murió en la cruz para acabar con los pecados del mundo.