En la Biblia se explica claramente que Dios se ocupa de todas las personas de manera individual, así como de grupos que componen naciones o ciudades, y cuida de ellos, tal como ellos cuiden su fe. Los relatos bíblicos hablan sobre algunas ciudades que fueron puestas en juicio por su pérdida de fe en Dios y su hijo Jesucristo.
El primer juicio se encuentra dentro del Génesis, capitulo 4, cuando castiga y destierra a Adán y Eva del paraíso, al cometer el pecado de desobediencia, castigando al mismo tiempo a toda la humanidad. Dos capítulos después, en el versículo 5, habla sobre otro juicio, esta vez fue a todas las naciones, debido a su rebelión contra Dios, Él envió un gran diluvio de 40 días y 40 noches, que terminó con toda vida terrestre, excepto con las vidas que el profeta Noé llevaba en su gigantesca arca.
En el capítulo 13, también del génesis, versículo 13, se habla sobre Sodoma y Gomorra, que hasta el día de hoy, son sinónimos de maldad, pecado y excesos, estas dos ciudades de pecado recibieron sus castigos al ser destruidas por completo así como cada uno de sus habitantes por una lluvia de fuego y azufre. La misma suerte corrió la ciudad de Babilonia, que se oponía a creer en un Dios todopoderoso, finalmente fue destruida al igual que Sodoma.
Egipto es otra ciudad que puso a prueba el poder de Dios, recibiendo como castigo que las aguas de ríos y mares se secaran, los canales fueran malolientes, las cañas y juncos se pudrieron desde raíz y no hubiera ni un solo pez para que se alimentaran.