Cada cristiano no sirve a sí mismo ni sirve a un Dueño, solamente sirve a Dios, dedica su vida, sus logros y sus fracasos a Él, le pide consuelo cuando se sienta desprotegido y le da gracias cada día por las nuevas oportunidades. Es muy importante recordar servir a Dios con humildad, de esta manera Dios estará satisfecho con el trabajo de su hijo y lo recompensará con bendiciones.
(1 Samuel capítulo 12, versículo 24) “…Solamente temed a Jehová, y servidle de verdad con todo vuestro corazón, porque considerad cuán grandes cosas ha hecho con vosotros…”
(1 Corintios capítulo 15, versículo 58) “…Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano…”
(1 Timoteo capítulo 4, versículo 12) “…Ninguno tenga en poco tu juventud, pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza…”
(Mateo capítulo 6, versículo 24) “…Ninguno puede servir a dos señores, porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir a Dios y a Mammón…”
(Santiago capítulo 1, versículo 27) “…La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo…”
(Josué capítulo 1, versículo 8) “…El libro de ley nunca se apartará de tu boca: antes de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito: porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien….”