Nadie desea un derrame accidental de diesel. A diferencia de la gasolina, cuya volatilidad la hace desaparecer rápidamente, el diesel es grasiento, apestoso y persistente. Acá algunas recomendaciones para quitar su olor.
Para enfrentarse al desastre primero habrá que limpiar los restos gruesos del diesel con trapos viejos y aserrín, todo lo cual se desechará inmediatamente.
Luego habrá que eliminar los remanentes del combustible. El Listerine es la solución por excelencia. Es lo que emplean los cocineros y otros trabajadores para sacar el olor a humo y la grasa de sus uniformes.
Con trapos viejos empapados en Listerine se frotarán las superficies y objetos manchados de diesel hasta liberarlos por completo del carburante. Si este se vertió sobre el piso o la alfombra del auto, también el Listerine será de utilidad.
Las ropas sucias de diesel no tendrán suficiente con el lavado normal. Tendrá que emplearse primero el Listerine o algún otro antiséptico fuerte capaz de remover el carburante, aunque difícilmente sus manchas puedan borrarse.
En todos los casos, también habrá que limpiar el Listerine con agua y detergente cuando haya jugado su papel.
Neutralizar el olor ambiental será el siguiente paso. Para ello los desodorantes de naftalina resultan ideales. Estos no deben aplicarse donde hay niños o mascotas. También puede emplearse ambientadores sintéticos.
Un camino alternativo, algo más corto pero también más agresivo, es preparar en un recipiente una mezcla de amoniaco, soda, vinagre y agua caliente, todo lo cual se agitará fuertemente antes de emplearse como limpiador de las superficies manchadas de diesel. Esta variante, además de eliminar los restos del combustible, también elimina sus fuertes olores.