Cuatro remedios caseros con Listerine

El Listerine se conoce en todo el mundo desde 1914 como un eficaz enjuague bucal antibacteriano, pero no todos saben que su nombre rinde homenaje a Joseph Lister, un médico norteamericano que gracias al empleo de los antisépticos logro reducir la mortalidad postoperatoria por infecciones.

De manera que el producto pasó de los quirófanos a los salones dentales por su excelente poder germicida, lo cual también le permite aplicaciones más allá de la cavidad bucal. Veamos cuatro de ellas.

Micosis

Los hongos son muy difíciles de eliminar donde quiera que se encuentren, pero con Listerine se logra. Incluso los dermatofitos (que se alimentan de la piel) presentes en las uñas pueden controlarse mediante fomentos de Listerine sobre los dedos afectados.

Heridas menores y rasguños

Si no se tiene a mano un recurso más específico, puede aplicarse Listerine sobre una herida menor o rasguño para evitar infecciones. Tras lavar la herida con abundante agua y jabón, se limpia con un algodón empapado en Listerine.

Vesículas cutáneas

Son comunes por el rozamiento excesivo de zapatos incómodos o instrumentos pesados de trabajo empleados sin la protección de guantes. Estas ampollas o vesículas no deben explotarse, pues la presencia de epidermis protege de infecciones el área afectada. Pero cuando la piel se resquebraja, aplicar Listerine de inmediato evitará males mayores.

Pityriasis

También conocida como caspa. Consiste en la acumulación visible de sucesivas costras de piel muerta en la base del pelo, sobre todo de la cabeza, por causas tan variadas como micosis, seborrea o pediculosis (piojos). El Listerine también acudirá en su ayuda, si se fricciona el cuero cabelludo con una toalla empapada en el antiséptico.

Sobre el artículo

Categorias: Salud
Ultima modificación: 06/07/2012