Es muy recomendable que agregue a la dieta diaria de los niños el consumo de un delicioso hígado muy nutritivo. Para ello es muy importante saber preparar y cocinar el hígado siguiendo algunos de estos consejos sencillos.
De manera a eliminar el sabor fuerte y a veces amargo que tiene el hígado, existen dos técnicas. La primera consiste en colocar en un plato leche fría, sumergir el hígado que va a cocinar en la leche por un tiempo aproximado de dos horas, luego retirarlo, secarlo con papel absorbente de cocina, y ya esta listo para hervirlo, asarlo o freírlo. La segunda técnica consiste en verter sobre el hígado jugo de limón, en el caso que no lo tenga, puede sustituirlo por el vinagre. Luego, dejar reposar el hígado en el jugo o vinagre por una hora.
Es importante saber para evitar que el hígado se endurezca, que no debe ser condimentado antes de asarlo, freírlo ni tampoco hervirlo en ningún tipo de salsa, ya que esto producirá que él hígado no se ablande lo suficiente en la comida y tenga una consistencia dura.
Otro factor fundamental a tener en cuenta es la temperatura de cocción. Lo ideal para cocinar el hígado es hacerlo a fuego mínimo o medio.
Preste atención al color. Se debe cocer el hígado hasta que observe que el color rosado haya desaparecido. Tampoco debe cocinarlo por más tiempo de lo debido, ya que esto hará que el hígado se endurezca y adquiera un sabor más fuerte, por ello es muy importante controlar el color que va tomando.