Las cazuelas u ollas hechas de barro deben ser curadas antes de comenzar a usarlas para evitar que se quiebren. Para esto existen varias técnicas de curado que las podrá leer a continuación:
Una de las maneras más comúnmente utilizadas es la de preparar suficiente agua en un recipiente en donde sumergirá la olla de barro durante veinticuatro horas seguidas. Al día siguiente, sáquela del agua, séquela muy bien y proceda a frotar toda la superficie interior y exterior con un ajo pelado. Cuando termine este paso, cargue agua en ella hasta llenarla y póngala a hervir.
Otra técnica es la de untar completamente con ajo la superficie exterior, dejándola reposar con el ajo durante una noche entera. A la mañana siguiente prepare una clara de huevo para untarla encima del ajo seco, dejando que ésta también se seque.
Luego de unas horas, llene la olla con leche y póngala al fuego, dejándola hervir por alrededor de unos diez minutos. La leche ayudará además a eliminar el plomo que pueda traer el esmalte, en caso de que sea una olla esmaltada, en el caso de que no lo sea deberá sellar los poros de la superficie interna y externa con manteca, dejándola en el horno por veinte minutos.
Luego enjuágela bien con agua fría, pásele jabón neutro, evite usar detergentes y esponjas que sean metálicas. Séquela con con papel de cocina.
Cuando guarde sus ollas de barro no olvide colocar dentro un puñito de sal para que absorba la humedad y prever que se formen hongos. A la hora de usarla, evite el fuego fuerte.