El té verde es considerado una de las bebidas más antiguas en todo el mundo. Por muchos siglos, el té verde o también llamado té negro solía ser la bebida favorita de muchos países asiáticos, pero fue hasta el siglo XVI cuando los exploradores europeos y los comerciantes quienes hicieron que este se te volviera tan popular en occidente.
China es quien actualmente produce la mayor parte del té verde en el mundo y actualmente, es una de las bebidas que más se consume en el mundo, debido a sus múltiples propiedades, como:
– Contribuye a la hidratación de la piel, pues permite que las células y capilares se oxigenen.
– Evita la formación de coágulos en la sangre
– Ayuda a regular los niveles de colesterol
– Es una bebida estimulante que ayuda a despejar la mente y despertar el organismo cuando le cuesta más trabajo reaccionar.
PREPARACIÓN
El agua es uno de los factores importantes al momento de preparar este té, ya que determinará el aroma y el sabor, por lo cual es recomendable usar agua mineral. El té verde no se prepara con agua hirviendo a comparación de otros tés, ya que el resultado sería un sabor por demás amargo. Por lo que, lo mejor será verter en la tetera las hojas justo antes de que empiece a hervir, para luego dejar reposar por un espacio de entre 2 y 3 minutos como mínimo para que los aromas se expandan, entre más tiempo se deje reposar, mayor será su sabor amargo. Se recomienda endulzar con azúcar y no con miel, ya que la miel lo desvirtúa.