Cuando llega la hora de disfrazarse los niños se ponen muy pesados. Hay veces que les da igual, pero cuando eligen un disfraz en concreto hay que mover tierra y aire para conseguírselo. Además, las madres siempre preferimos hacérselos, puesto que comprado carecen de mérito y originalidad. Vamos a tomar por ejemplo la elaboración de un disfraz de ninja.
Para ello, necesitaremos unas mallas negras, una camiseta o jersey (dependiendo del frío) negro también, deportivos o zapatillas negros (para una buena comodidad), una espada de ninja que podremos comprar en cualquier tienda de todo a 100 y una máscara negra. Como veis, lo único que tiene un poco de elaboración es la máscara. Para realizarla, sólo necesitaremos tela negra, una tela que sea transpirable, elástica y cómoda, para no asfixiar a nuestro pobre hijo.
La cantidad de tela la sabremos al medir la cabeza del niño. Será conveniente comprar un poco más (siempre es mejor que sobre). A continuación, se rodea la cabeza del niño con ella, con cuidado de no asfixiarle, y se señala con alfileres la medida justa para luego coserlo. Se marca al mismo tiempo el lugar de los ojos, la nariz y la boca, para hacerle los agujeros. Primero se recortarán y seguido, se coserá por donde habíamos marcado para cerrar la máscara. Será necesario dejar un trozo abierto por debajo con un botón para que sea más fácil de poner y quitar.
Con esto, sólo quedará probársela y añadirle los detalles que se deseen con otros trozos de tela cosidos, bordados y lo que guste.