A pesar de que una buena chimenea constituye el punto ideal para realizar a su alrededor cualquier celebración navideña, no todos los lugares permiten su emplazamiento. Sin embargo, si tu deseo es poder disfrutar de una ambientación distinta en tu piso o apartamento durante las fiestas de Navidad, te ofrecemos una alternativa económica y de resultado sorprendente para que puedas cumplir tu sueño.
Sólo necesitamos materiales sencillos para recrear este escenario: cuatro cajas de unos 40 cm de lado, dos cajas rectangulares de 50×60 cm, cinta de embalaje, una almohadilla corrugada de 72×96 cm, papel de periódico, esponja, pincel, platos de papel o plástico, pintura acrílica de color rojo, castaño, crema, negra y blanca, trapo, papel de color gris, unos morillos y leña simulada o real.
En primer lugar, unimos las tapas de las cajas con cinta para que queden bien cerradas. Las alineamos perfectamente y las pegamos con cinta en dos bloques formados cada uno por dos cajas cuadradas. Estas cajas constituyen los laterales de nuestra chimenea. Uniremos por la parte trasera la almohadilla corrugada y fijamos las dos cajas rectangulares encintadas para que constituyan la parte superior de la estructura.
Sólo nos queda darle el aspecto de piedra y ladrillo con la pintura. Para ello, una opción podría ser simular ladrillos en los laterales y un material noble, como el mármol, para la parte superior. La técnica adecuada consiste en trazar líneas con la ayuda de una vara para que queden rectas, diferenciando la llaga con un color diferente al tono rojizo de los ladrillos. El mármol podemos imitarlo mezclando blanco y negro en un plato y extendiéndolo con un trapo. Usa todas las manos de pintura que necesites.
Recubre el interior de la base con papel gris y dale un aspecto de ahumado con la pintura. Añade los morillos y los troncos. Puedes usar también una iluminación intermitente para simular la combustión. Recuerda que esta estructura no permite alojar fuego, no sea que el resultado convenza tanto como para encenderla…